Llevaba una bolsa de una tienda de cepillos de muchos colores. La niñita sentada al lado mio -Emilia- vió la bolsa y alucinó: la bolsa era de "cepillos de princesa" e inmediatamente me hizo la princesa dueña de la bolsa de los cepillos.
La niña era tan dulce y rica, no tenia más de tres años y la pronunciación marcada de las "s" me mató.
Me encanta un cambio dentro de los viajes tan rutinarios en la micro. Siempre las mismas cosas en la calle, los mismos vendedores, los mismos choferes, la gente no amable, el cansancio generalizado que no anima a nadie.
Cuando se bajaron la mamá le dijo -despídete de la princesa Paula, -chao princesa Paula!
Nice to meet you Emilia :)