19 de febrero de 2008

Transición


Por alguna razón dejé de escribir, por lo menos en mi blog y comencé a hacerlo en un cuaderno amarillo, y con hojas en blanco, para comenzar a llenarlas día a día, con cosas que me pasan dentro y con cosas que he hecho, para que después, cuando sea más vieja las lea y me ria de todo lo que ya pasó y miré para atrás ocn una sonrisa bien grande...

Este último tiempo ha sido para mí, no he salido mucho, pero he hecho cosas pequeñas que me agradan, y que más que compartir con el resto lo hago conmigo misma.

Las cosas siempre pasan por alguna razón, y como pensé en abril pasadotodo lo malo que viví me hizo más que mal, un bien.

Siempre esperé por una redención, por una sanidad, que no sabía como venía, y que esperarla se me hacía eterna, y finalmente, en vez de arreglarlo lo eché a perder. Entré a un proceso llamado espera, en donde la paciencia se hizo mi mejor amiga. La angustia siempre se hacía un hueco en mi cama en la noche, y las lágrimas brotaron desde la garganta muchas veces. Sin darme cuenta, hasta ayer, el proceso va terminando...
Mucho tiempo esperé por algo instantáneo, pero como otras veces he escrito aqui, la vida esta llena de procesos, cortos y largos, y paulatinamente vamos cerrando etapas y saltando vallas.
Hoy puedo decir feliz, no como antes, que gracias a Dios, y mirando desde arriba, que el proceso tan largo fue lo mejor del año.
Que boté mucha basura y que el jardín quedó bien desmalezado, listo para volver a sembrar ahí, regarlo todos los días y esperar que de frutos, no amargos, sino dulces.