Me carga sentirme enojada, o mejor dicho emputecida. No puedo evitarlo. Ni tampoco los gestos característicos en mí cuando me encuentro en estado enojoemputecido. Es decir las muecas, la cara de 2 metros que se ve desde 15 metros de distancia. Boca cerrada, ojos serios mirando un punto en el espacio.
Me carga la gente barsa, yo digo, por algo existe la propiedad y el espacio privado o no? al menos si hay que irrumpir en lo ajeno, se pregunta.
Me carga quienes prefieren vociferar cualquier impulso al viento, en vez de decir frontalmente y tranquilamente algo.
Me carga quienes se desligan de sus propias obligaciones o roles y los achacan a alguien que no tiene por qué hacerlo...
Y no sigo, porque creo que en estos momentos me carga todo.